miércoles, 20 de noviembre de 2013

MARCOS BAEZA CARRILLO (1858-1915)

UN DOCUMENTO HISTÓRICO Y SOCIOLÓGICO INCUESTIONABLE


Familia portuense (mis ancestros) (Alrededor de 1908)
60X50cm
Marcos Baeza

Marcos Baeza Carrillo (1858-1915) fue el primer pintor y fotógrafo de las Islas Canarias. Nació en el Puerto de la Cruz, isla de Tenerife, manifestando desde su infancia su inclinación hacia las artes plásticas. La difícil situación familiar hacía imposible que Baeza pudiese tener una formación artística conveniente; sin embargo, la actuación desinteresada de algunas personas de prestigio que conocían sus habilidades y, posteriormente, una subvención de quinientas pesetas del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, lograron que Baeza pudiese cursar sus estudios en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid de 1877 a 1879 (...)

(...) No será hasta 1890, cuando Baeza anuncie por primera vez su taller de fotografía, establecido en la calle Cabeza, 32. En 1896, había trasladado su estudio a la calle de la Hoya, 10. Al año siguiente, inauguró otro taller fotográfico en La Orotava (calle del Balcón, 11), regresando de nuevo al Puerto de la Cruz a finales de ese mismo año, puesto que sólo estuvo seis meses en aquella población. En 1912, llegó a disponer de dos estudios: el ya señalado de la calle de la Hoya y otro en el número 8 de la calle de San Juan (...). La Isla Mirada. Tenerife y la Fotografía (1839-1939). Carmelo Vega. Tomo I. Los fotógrafos en el estudio.

Profesor Titular de Historia del Arte Contemporáneo en la Universidad de La Laguna.

BREVE ANÁLISIS

Lo primero de todo es que esta imagen guarda para mí un significado especial por ser la imagen más antigua que poseo de los ancestros de mi familia: mi bisabuela paterna con sus hijos; la niña pequeña sentada es mi abuela y su hermano mayor. El lugar de la toma fue realizada en el patio de la casa familiar, que ésta tenía en la calle Cabeza del Puerto de la Cruz. Seguramente el fotógrafo tenía una relación estrecha con la familia.

Teniendo en cuenta que los fotógrafos de la época empezaban su carrera como pintores antes de pasarse a la fotografía, es importante señalar que antes, como ahora, las fotografías se retocaban para compensar el defecto de las ópticas en la captación de la imagen, reforzando los elementos ya existentes e incluso añadiendo otros nuevos. Por ello, si un medallón, un rostro o un atrezzo no era reflejado convenientemente, el pintor, a posteriori, se reservaba el privilegio de retocar la imagen para dejarla al gusto del cliente, y éste es un ejemplo palpable.

 
Obsérvese como el cuello de la blusa y el medallón han sido pintados. Los ojos y el pelo han recibido unas pinceladas para ganar más contraste.



El medallón ha sido pintado y tanto los ojos como el cabello han sido repasados ligeramente por el pincel.


En este caso la garganta y los ojos reciben también el toque maestro del pintor-fotógrafo.


Pinceladas de una supuesta planta para rellenar la parte superior derecha del fondo



Evidentemente retratarse era todo un acontecimiento novedoso en aquella época y los clientes se vestían con sus mejores galas, que no eran precisamente abundantes. En este caso, la madre era medianera y, en mi opinión, la familia poseía una condición económica más o menos desahogada que puede apreciarse en el tipo de vestimenta que llevaban y que les permitía pagar para un retrato familiar, teniendo en cuenta que eran años de escasez.
Como puede apreciarse, una mujer viuda marca su carácter en su entrega total a su familia, y eso se refleja en esta imagen. Más que retratarse para un recuerdo familiar, ella pretendía reflejar ese amor y orgullo que sentía por quienes eran lo más preciado.

La imagen refleja una gran serenidad en las miradas; la de la niña es una mirada cándida propia de la edad. Ésta está colocada en una posición predominante y sentada en una silla al frente; es el ser más vulnerable que hay que proteger junto a su hermano, en contraste con la madre que aparece en un segundo plano, dando todo el protagonismo a sus hijos. El punto de vista a la altura de los ojos refuerza toda esta sensación de equilibrio visual.

Es una fotografía tomada con una cámara de gran formato con luz natural, y la imagen forma un triángulo imaginario, lo que refuerza el equilibrio compositivo propiamente dicho. Destaca la profundidad de campo y la perspectiva muy marcada con respecto al fondo.

NéstorDíaz 
retratista

martes, 12 de noviembre de 2013

DOROTHEA LANGE

MADRE MIGRANTE. NIPPOMO, CALIFORNIA, 1936.


Dorothea Lange


Dorothea Lange (25 de mayo de 1895, Hoboken, EE.UU. - 11 de octubre de 1965, San Francisco, EE.UU.) fue una influyente fotoperiodista documental, mejor conocida por su obra la "Gran Depresión" para la oficina de Administración de Seguridad Agraria (F.S.A). Las fotografías humanistas de Lange sobre las terribles consecuencias de la Gran Depresión la convirtieron en una de las periodistas más destacadas del fotoperiodismo mundial. (wikipedia)

BREVE ANÁLISIS

Considerada como la imagen icónica de la época de la "Gran Depresión", La Madre Migrante refleja la situación de desesperanza que experimentaron las clases más desfavorecidas de Estados Unidos en las zonas rurales.
Vemos a una madre con sus hijos pequeños dentro de una tienda de campaña del campamento de refugiados de Nippomo. Los hijos abrazados a ella ocultan sus rostros, dando la espalda a un mundo hostil e injusto, que no comprenden en absoluto. Ella, sin embargo, tiene la mirada perdida con el rostro prematuramente envejecido, la mano derecha ligeramente apoyada en la barbilla, intentado averiguar como conseguir la próxima comida para sus hijos.  Dorothea Lange tomó la imagen de cerca e incluso intercambió algunas palabras con la retratada, pero no es ni mucho menos una pose premeditada; todo lo que se aprecia en la imagen es real y espontáneo. 
Las líneas de tensión son muy características en esta imagen: las arrugas en la cara de la mujer, las líneas diagonales que forman los niños a los lados de ella, intentando buscar protección, el brazo y la mano de ella tocando ligeramente la cara, mientras reflexiona acerca de sus circunstancias. En realidad todo refleja tensión en extremo.

Néstor Díaz