martes, 18 de febrero de 2014

EL AVANCE TECNOLÓGICO COMO ESTRATEGIA PARA INCREMENTAR LAS VENTAS

Todavía recuerdo los años, entre finales de los 90 y principios de 2000, cuando el tener una cámara compacta analógica era poco menos que un lujo. El mercado de cámaras réflex era poco o nada accesible para el resto de los mortales, y exclusivo para los profesionales o aficionados más pudientes. Una Réflex digital Canon D30 de 3.1 pixeles, en 2001, costaba entre uno y dos millones de las antiguas pesetas. En aquella época, lo analógico era el medio más usado por los profesionales y éstos ya empezaban a hacer uso de lo digital, mientras que los aficionados se contentaban con las compactas analógicas más básicas de "apunta y dispara" y, si te lo podías permitir, una compacta digital.

A medida que avanzaba el nuevo siglo, una nueva era hacía su aparición; a partir de 2004-2005 la tecnología de cámaras digitales alcanzó su mayoría de edad. Coincidiendo con los años de máximo esplendor económico, las grandes marcas empezaron a sacar cámaras réflex de gama media, baja y alta para el público general. La exclusividad de las réflex había terminado. Ahora, cualquiera, no sólo el profesional, podía acceder a un equipo fotográfico a un precio relativamente asequible, lo que llevó a una fiebre consumista de productos fotográficos, sin preocuparse por tener la más mínima noción de fotografía. 

Las grandes marcas se han dado cuenta del nicho económico de la tecnología digital. En la fotografía, en concreto, los fabricantes planifican el avance tecnológico de manera estratégica: por ejemplo, Canon y Nikon fabrican sus cámaras, aplicando aquí y allá mejoras en sus diversas gamas, para captar la atención del consumidor y lo van haciendo a cuenta gotas, para que renueves tu equipo, una y otra vez. No digo que la mejora tecnológica no suponga un avance en el sector, pero hay muchos casos que son muy evidentes, en las que la diferencia entre una gama y otra es mínima, e incluso se da el caso de que una nueva gama es inferior en alguna de las características de la anterior, pero solapada por una supuesta mejora novedosa en otra, que no es tal. Todo ello, para que el ingenuo friki muerda el anzuelo. Si no tenemos en cuenta esto, nos olvidamos de lo esencial, que es hacer fotos. Por eso es importante informarse bien de lo que nos ofrece la enorme variedad del mercado, pero con responsabilidad y conociendo bien lo que necesitamos. Lo que los aficionados deben saber es que hoy cualquier cámara digital decente, ya sea réflex o compacta,  hace maravillas. 

Comparativa entre Canon 5D MII y 5D MIII;  la diferencia es mínima:


                                                          5DMII       5DMIII

Resolución                                         22mpx        23,4mpx

Puntos de enfoque                                                61puntos

Resolución de pantalla                        920.000px  1.040.000px

Almacenamiento                                 CF I y II     CF I, SD card,
                                                                             SDHC, SDXC

Estas son las principales diferencias entre una gama y otra, que como puedes ver, son mínimas. Yo me pregunto: ¿por qué no se le aplicó los 61 puntos de enfoque a la 5D MII. ¿Por qué no se le asignó una segunda ranura para las tarjetas de memoria SD a la 5DMII. ¿Qué diferencia sustancial hay entre una resolución de pantalla y otra? Y ya no digo lo de la resolución de la cámara. Esas son las preguntas que nos hacemos todos cuando analizamos la comparativa. Y eso responde a una estrategia consciente para aumentar el número de ventas por parte de las grandes compañías.

Néstor Díaz retratista

jueves, 6 de febrero de 2014

NACHO GONZÁLEZ ORAMAS


EXPOSICIÓN "ESPACIOS DE CREACIÓN"


Cristino de Vera

Nacho González Oramas nació en Las Palmas de Gran Canaria (1965). Realizó sus estudios de fotografía, reportero de prensa y ENG de vídeo en La Escuela Superior de Imagen y Sonido “CEV” de Madrid. Ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria profesional en el ámbito de la cultura. Fotógrafo del CAAM, Teatro Pérez Galdós, Auditorio Alfredo Kraus, Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, Festival Internacional de Jazz, Festival de Ópera, Casa África, Fundación Mapfre Guanarteme… Su archivo atesora los más importantes eventos culturales de las islas en las tres últimas décadas. Fotógrafo del Centro Atlántico de Arte Moderno, desde su inauguración en diciembre de 1989, decide en esta conferencia sentarse al otro lado de la mesa que tanto ha fotografiado.

Del 23 de septiembre al 23 de octubre de 2010 Nacho González expuso en la sede de la Fundación Canaria Mapfre Guanarteme en La Laguna (Tenerife) 60 retratos de otros tantos artísticas plásticos canarios, realizados en sus respectivos estudios.

Juan Hidalgo, Ildefonso Aguilar, Felo Monzón, Juan Bordes, Cristino de Vera o Martín Chirino son algunos de los nombres presentes en la muestra a través del ojo de Nacho González. Una oportunidad para descubrir los espacios en los que nacen las obras de estos artistas. Espacios a veces sorprendentes, a veces impresionantes, tan variados como sus ocupantes.

BREVE ANÁLISIS

El pintor canario se presenta ante nosotros en su estudio de trabajo, sentado en una silla de despacho, un poco desvencijada en un foco del encuadre. Tras él, hay una librería repleta de libros colocados de una forma desordenada. Otros libros se reparten en otro mueble de menor tamaño junto a ella. Encima, y colgados de la pared, dos fotografías, probablemente de familiares. A la izquierda del artista, una silla con bocetos de sus dibujos y una pequeña mesa improvisada repleta de utensilios para pintar: pinceles, botes de pintura, etc. En primer término, tenemos una mesilla de iguales dimensiones sobre el que descansan varios bocetos también colocados sin orden alguno, un cráneo, como elemento simbólico de la muerte y, tema central de su obra, y a su lado, las gafas necesarias para la actividad artística del pintor.
La imagen ha sido captada con una lente gran angular para generar la tensión necesaria en las líneas, que aparecen distorsionadas en un encuadre cerrado, hermético e irrespirable. Efectivamente, el tema central de la imagen, y de su obra en general, es la muerte, siendo la melancolía, la fatalidad y el misticismo temas vitales en sus obras pictóricas. La disposición caótica de los elementos nos transmiten la idea de una imagen alegórica de la existencia: la vida es un caos que nos dirige irremisiblemente a la muerte. Su experiencia vital de la posguerra marca ineludiblemente su obra: el autor asiste imperturbable, pero no menos reflexivo, ante la vida y a la continua presencia de la soledad y el pesimismo.

Néstor Díaz
retratista