Gracias a la aparición de la fotografía digital, que ha supuesto una verdadera revolución tecnológica para la creación artística, y lo que era hasta hace poco más de una década un lujo para los profesionales y unos pocos aficionados, ahora se ha democratizado el acceso a todo tipo de cámaras tanto compactas como reflex, gracias a la bajada de los precios y a una imparable evolución tecnológica que no cesa, atrayendo a más y más aficionados y profesionales, seducidos por las últimas mejoras técnicas.
La demanda de cursos de fotografía ha aumentado de forma exponencial y gracias a Internet se han ido creando sitios web, blogs, redes sociales, etc, que poco a poco han ido conformando una cultura en red, estableciendo verdaderos foros de opinión entre aficionados y profesionales, lo que ha permitido un intercambio de conocimientos en ambas direcciones.
Y como pasa en otras disciplinas artísticas, la aportación del aficionado ha sido determinante para el desarrollo de la fotografía. Fueron los aficionados, inventores, curiosos, o como se les quiera llamar, los que allá por 1839 presentaron al mundo la invención de la primera cámara fotográfica: el daguerrotipo, en honor a Louis-Jacques Mandé Daguerre. Luego, aquellos se convirtieron en profesionales, otros siguieron siendo aficionados y otros por alguna u otra razón, abandonaron el oficio.
Lo que no hay duda es que los aficionados son los verdaderos fundadores de la fotografía, pero creo que hoy día, y por culpa de las marcas comerciales, algunos, no todos, nos preocupamos más por tener el último modelo de cámara, que de hacer buenas fotos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario